El ‘sí’ triunfa en la Cataluña más nacionalista y la abstención en los feudos de la izquierda
Barcelona, la capital, sin embargo, con un censo de casi 1.200.000 votantes, ha conseguido una participación por encima del 52,7%. La capital catalana, por lo tanto, ha sido clave para que la participación no haya conseguido un resultado más apretado rozando el 50% en el global de toda Cataluña, y dentro de Barcelona-ciudad han sido los barrios y distritos más nacionalistas (Sarrià-Sant Gervasi, Eixample, Les Corts, Gràcia) los que han dado una mayor participación, frente a una abstención por encima del 50% en Ciutat Vella y Nou Barris, los distritos más populares y de mayor voto tradicional de izquierdas.
En el conjunto de Cataluña, la Cataluña rural, de ciudades medias, de industria pequeña y media y agrarias, se ha inclinado claramente a favor del 'sí' y con una participación sobre el 60%. Lo mismo ha ocurrido en las comarcas de Girona, donde Esquerra Republicana ha tenido una mayor presencia, lo que quiere decir que el voto nacionalista se lo ha llevado esencialmente CiU, a favor del Estatut. El 'no' de Esquerra Republicana en las comarcas tradicionales de esta formación ha cosechado un resultado bajo, por debajo del 20% en muchos casos, como las Tierras del Ebro, las Comarcas de Lleida e incluso las comarcas de Girona como la Selva, Ripollés (bastión de Joan Puigcercós y del nacionalismo más radical, donde el 'no' sólo ha conseguido un 15,4%), Pla de l'Estany y Garrotxa.
En relación a la participación cabe destacar también una menor participación en las comarcas de la costa, las comarcas turísticas, si bien el resultado no ha modificado la distancia entre los «sí» y los 'no'. La comarca que más 'no' ha cosechado ha sido el Tarragonés, que es la comarca donde vive Carod-Rovira, donde el 'no' ha conseguido un 27,8%, seguido del Baix Camp, con un 23%, que tiene como capital Reus, donde reside el actual presidente del Parlament, Ernest Benach, de ERC.
Un caso aparte ha sido la comarca o territorio especial, con autonomía propia, cual es la Vall d'Aran, donde los araneses no han quedado muy contentos con el nuevo Estatuto por no reconocer suficientemente la peculiaridad de la Vall d'Aran, y el 'no' ha cosechado un 25,2%.
Finalmente, el voto en blanco ha sido superior a la media de las elecciones, con un 5,34% de los votos, repartido un poco por toda la geografía catalana, y no tiene un significado político especial por este motivo.
En consecuencia, por lo tanto, la participación ha sido «salvada» por la capital Barcelona, que ha tenido una participación del 52,71%, y el «sí» ha sido la suma de las altas votaciones de la Cataluña central y Tierras del Ebro, frente a una baja votación en las comarcas del «cinturón» de izquierdas de Barcelona, con una alta presencia de la inmigración de los años 50 y 60, y el 'no' ha tenido un mayor eco en la zona de influencia de Carod (Tarragona y Reus) frente a la zona de influencia de Puigcercós (Ripollès y La Cerdanya).