Juicio Gran Tibidabo
JUICIO GRAN TIBIDABO. SENTENCIA TRES AÑOS.
Si hace veinticinco años, 1983, después de los tres años de prisión preventiva por el caso Consorcio de la Zona Franca, me convencí que lo visto en las películas y mi culturilla por estudios bancarios y experiencias en el campo del Derecho, por mi profesión de empresario, nada tenían que ver con la realidad de la JUSTICIA EN ESPAÑA, pasados estos veintiocho años la situación aun me parece peor. Lo del “cachondeo” del Alcalde de Jerez es de párvulos. Y esta semana, si no había bastante con una taza, DOS, De la Rosa sale casi de rositas y con 30.000 MIL MILLONES para él y sus “cómplices” (que no son el resto de acusados), y sus ex socios LOS ALBERTOS, consiguen consolidar otra estafa de varios miles de millones de los 90 sin ni siquiera pisar prisión, y la pregunta sería ¿Cuánto dinero les ha costado?.
Ya no es que los jueces, fiscales o secretarios sean o no decentes, es que el Sistema es una pura degeneración histórica. Diría que la DICTADURA DEL FUNCIONARIADO durante todos los siglos de historia de nuestro País ha adaptado el Derecho Romano y los Códigos Napoleónicos al total albedrío de unos cuerpos funcionariales y de una profesión imposibilitando cualquier acercamiento al Liberalismo Democrático. El “vosotros hacer las LEYES, que yo redactaré los REGLAMENTOS”, y los “reglamentos” encajan como un guante a los “profesionales del Derecho y la Justicia”.
Pero no es eso lo peor. La adaptación de un sistema impresentable soloha complicado el panorama. Unas pocas consideraciones tópicas. El DOLOno existía, la voluntad o no de delinquir la decidían los jueces.Cualquiera era culpable si no demostraba la inocencia. La presunción deinocencia, otra entelequia. El ingreso en prisión sin argumentar. Laprisión preventiva ilimitada. Nada de “vistillas” reconsiderando elrecurso al auto de prisión. Jueces especiales, nombrados a dedo paracasos concretos. El juez que instruía o la Sala que decidía losrecursos juzgaban, el “yo me lo guiso y me lo como”. El DESACATO basede toda ARBITRARIEDAD, y por tanto prepotente injusticia. El derecho al“silencio” o no declarar contra si mismo, no existía, y seinterpretaría a favor o en contra a criterio del juez. Incluso losobligados libros registros de entrada, inexistentes. Como granconcesión, se ha ampliado el poder del TRIBUNAL SUPREMO sobre laSOBERANÍA TOTAL de la Sala de Justicia convirtiendo la llamada ÍNTIMACONVICCIÓN en prueba irrebatible. Un recurso, el de casación ante elSupremo, lejos de la obligada SEGUNDA INSTANCIA de la Carta de DerechosHumanos de la ONU, que por ello ya ha condenado a España. Y nicomentario sobre la Ley de Vagos y Maleantes, donde tanto pobre diablo,y no tan pobre, pagó por lo que no había hecho. Si por si solas estasdeficiencias jurídicas, por llamarlas suavemente, no anulan cualquiersentencia dictada a su amparo, solo se debe al empecinamiento de unSistema Injusto para continuar en el machito del Poder. “Los erroresantiguos dejan en pos, por desgracia, huellas del pasado”, decía unmaestro del Derecho, y entre las huellas y la corrupción, la JusticiaEspañola es un desastre. Y nadie quiere hincarle el diente.
En España no tiene predicamento lo de generalizar los Jurados, nisiquiera MIXTOS, transformando los jueces en árbitros y técnicos, ymenos desmontar la burocrática institución de la Fiscalía, eligiendopor votación entre profesionales del Derecho a quienes deban defenderal Pueblo y la Ley, y que por cierto las nuevas leyes democráticas lesha convertido en decisorios por pactos en el 45% de los casos MENORES,en este caso MAYORES. El Pueblo Español en esto, y más, demuestra suhistórica sumisión y hasta miedo al Poder, y sus políticos, mayoríaabogados, que tanta saliva gastan con la palabra DEMOCRACIA no tienenabsoluta voluntad de enderezar sumisiones tan aceptadas, como tampocolas tienen de suprimir listas cerradas y cotos impermeables.