Libro biografia de Jose Montilla
José Montilla, el hippie que abandonó la utopía para aproximarse al poder
Cantaba al amor y a la paz y tenía sueños, como los jóvenes de su época. El tiempo lo llevaría a convertirse en un burócrata influyente, en uno de los hombres fuertes de Cataluña. Una biografía no autorizada escrita por Jordi Buch Oliver cuenta cómo fue que José Montilla abandonó su utopía hippie para dejarse seducir por el erotismo de la política.
«Cuando me acerqué a la Generalitat para iniciar mis primeros contactos, con vistas a elaborar una biografía sobre el presidente Montilla, tardaron bien poco en decirme que el Presidente no tenía una vida tan vistosa y generosa como para escribirle una biografía», nos dice el autor.
Con esta declaración de intenciones el periodista Jordi Buch Oliver presenta el libro MONTILLA, DE EMIGRANTE A PRESIDENTE que acaba de publicar la editorial Europa Viva. El libro, además de trazar de una forma distendida y con sentido del humor la trayectoria del actual Presidente de la Generalitat, cuenta con algunas fotografías inéditas del principal mandatario catalán, entre las más de 150 que figuran en el libro.
«La intención de este libro no es hacer un análisis político de la figura de José Montilla ni ser una simple base de consulta para conseguir datos sobre el Presidente. Quería escribir algo fresco, próximo y, de paso, provocar alguna sonrisa» afirma Buch quien también admite que «la actuación de los dos tripartitos que hemos tenido hasta ahora me ha ayudado mucho en este sentido”.
«Estuve una semana en el pueblo natal de Montilla y el contacto con lagente ha sido muy importante para enriquecer el libro» sostiene Buchquien admite, por otra parte, haberse sorprendido por los pocosseguidores que tiene Montilla en su ciudad natal: «La gente todavíaalucina con que José Montilla pueda ser el Presidente de la Generalitatde Cataluña. Te puedo asegurar que si buscas gente pro Montilla parahacer una partida de dominó, no encuentras a suficientes personas comopara poder empezar el juego» añade Buch que considera que «el problematambién se repite en Cataluña: no he encontrado a nadie del partido quequiera hablar de Montilla», sentencia.
Allá quedan los sueños de utopía por cambiar el mundo. Nadie quierehablar de este Montilla que le cantaba al pacifismo y el sexo libreantes de convertirse en un engranaje esencial del poder políticocatalán.
Montilla, el guerrillero
“Joven, idealista de trinchera, y comunista por elección y porconvencimiento” así lo define Jordi Buch en su libro “Montilla, deemigrante a presidente”.
En los peores años de la represión franquista Montilla fue un destacadoactivista que luchó por las libertades de Cataluña. Fue tanta suaudacia que, en la calle, llegó a ser conocido como “el guerrillero”,algo así como un “Che Guevara” a la catalana…, o a la andaluza.
Mucha gente se pregunta dónde está aquel líder de las trincheras que abanderó las causas perdidas.
“No habla, no se le ve, no está” esta es la voz popular más conocidaque define su imagen política y que pocas veces sale reflejada en losperiódicos. Es un clamor de cuantos catalanes le reprochan que hayaenterrado en sus viejas trincheras el sentimiento y el orgullo catalán.¿Quién es él para hacer semejante barbaridad?
Montilla, de la nada a la nada
Llegó con su padre en autobús, de madrugada, con una maleta de cartónbajo el brazo y huyendo de una tierra que el régimen franquista llenóde agua y de miseria. Se inició así la gran diáspora iznajeña quepropició el éxodo de los Montilla. Fue un camino sin retorno hacia eldesarraigo que padecieron miles de emigrantes del sur que tuvieron quebuscarse un futuro en tierras norteñas. Fue un epitafio macabro,indecente.
Llamados hijos de la nada y despatriados por todos, se convirtieron en“andaluces en Cataluña y catalanes en Andalucía”; fue algo así como laculminación de un viaje que les llevó de “la nada” a “otra nada” quefue mucho más hiriente.
Pasadas casi cuatro décadas de aquel éxodo, José Montilla, se haconvertido en el Presidente de la tierra que lo acogió. Atrás, sequedaron recuerdos amargos, imágenes en blanco y negro de los olivarescordobeses, y el olvido de una maleta de cartón donde un adolescenteguardaba sus pequeños sueños.
En la foto de la izquierda, aparece el Montilla niño, y, en la de laderecha, un montaje fotográfico donde vemos el desaparecido pueblo deEl Remolino, lugar de su nacimiento.
Para unos, Montilla, es ahora todo un referente y la prueba irrefutablede que el ascensor social ha funcionado en Cataluña; para otros, essolamente un capitán al mando de un barco que navega sin rumbo, singobierno y con la marinería insubordinada.
«Es la demostración de que el ascensor social ha funcionado enCataluña, pero también que la fuerza de los “nouvinguts” se ha hechonotar en las estructuras de poder del país», apunta en el libro EnricSierra i Díaz, periodista y director de la edición digital de LaVanguardia.
«Soy anti-Montilla porque no defenderá el sentimiento de la nacióncatalana», añade Pedro Morón, escritor y periodista, Presidente de laCasa de Andalucía de Sant Boi y de l’Associació Catalònia Acord . Pedrohace de portavoz de la asociación Els Altres Andalusos (los otrosandaluces), con 450 convertidos a la causa nacionalista.
Sin embargo Montilla se defiende: «Yo conozco Cataluña desde laperiferia de Barcelona; la he vivido desde la recuperación democrática,desde la lucha por los barrios y por ciudades más dignas y másprósperas. Conozco Cataluña desde la vida municipal, desde abajo.Conozco Cataluña también desde las instituciones. A mí me han escogidodemocráticamente, siempre, nunca a dedo».
Montilla, el capitán de capitanes
Un capitán sin gobierno al mando de algo parecido a la Bounty; unaaventura que acabó zozobrando y con la arboladura del barco quemadapara que fuera un viaje sin retorno viendo que la marinería estaba conlas opiniones divididas (así lo define Jordi Buch en el libro“Montilla, de emigrante a presidente” en alusión al tripartito y a esosdevaneos políticos que se antojan como imposibles con un socio de latalla de Carod Rovira que ha traicionado todos los postuladosindependentistas de Cataluña).
Amante de la “memoria histórica” bueno sería que Carod Rovira probasela misma medicina e hiciese también “memoria histórica” de sus grandeslogros como político a favor (¿ ?) de Cataluña. Unos y otros, pareceque andan con la bitácora perdida y sin encontrar el norte…, y no sonpocos los que se preguntan dónde está el orgullo nacionalista y por quése ha dejado que Montilla desarbolara el sentimiento catalanista de lossocialistas convirtiéndolos en una esperpéntica delegación del PSOE.
Ya lo decían los propios iznajeños (su propia gente), que se alborotó yclamó al cielo cuando, en su día, José Montilla les dijo que era “uncatalán nacido en Iznájar”. Montilla nos sorprende con solo una frase(y es más por lo extraordinario de pronunciarla que no por las propiasluces que se encierran en dicha frase)…, y la historia continua porqueno son pocos los que todavía andan preguntándose de dónde es “elcapitán de los capitanes” que gobierna la Bounty.