Quini recibe el homenaje de la Peña Gol 3.000 de Santa Coloma
elcomerciodigital.com – «No os imagináis lo que significa Quini para la afición del Barcelona, porque dejó muchos amigos mientras estuvo allí con nosotros», aseguraba José Manuel Muñiz, presidente de la Peña Gol 3.000 de Santa Coloma de Gramanet, que se desplazó con otros miembros de este colectivo con motivo del partido celebrado anteanoche en El Molinón.
Muñiz comentó también que ‘El Brujo’ «es algo más que un futbolista. Dejó una huella imborrable como persona y de lo que hizo ni te lo cuento, con sus dos pichichis, la Recopa… ¡Qué voy a decir!».
Curiosamente, la Peña Gol 3.000 se fundó en 1982 cuando Quini pasó a formar parte de la historia del Barcelona al marcar el tanto que alcanzó dicha cifra en el Barça-Castellón de la temporada 1981-82, que terminó con un resultado de 4-3 para los azulgranas en el Camp Nou.
La visita de Muñiz fue por sorpresa, por lo que para Quini fue una gran alegría. Ambos se fundieron en un fuerte abrazo en un día muy liado para el mítico delantero. ahora delegado del equipo rojiblanco. «Jugamos anteanoche, hoy nos vamos de viaje y el sábado viene el Villarreal, casi nada, pero nuestra liga empieza después», les dijo ‘El Brujo’.
Cumpleaños
La visita era oportuna por doble motivo. El aficionado azulgrana le trajo una pequeña bota de oro bañada en este preciado metal, con el nombre inscrito de la peña y con la dedicatoria: «Por tu colaboración con el Sporting». A su vez, fue felicitado por su 59 cumpleaños, que se celebra hoy, y a última hora del día ambos se fueron a cenar con sus respectivas familias.
La visita era oportuna por doble motivo. El aficionado azulgrana le trajo una pequeña bota de oro bañada en este preciado metal, con el nombre inscrito de la peña y con la dedicatoria: «Por tu colaboración con el Sporting». A su vez, fue felicitado por su 59 cumpleaños, que se celebra hoy, y a última hora del día ambos se fueron a cenar con sus respectivas familias.
Muñiz recordaba emocionado cuando Quini fue secuestrado en 1981 y salió a la calle con miembros de su peña, con el capó de su coche pintado con el nombre del goleador y de su esposa Mari Nieves. «Aún se me pone la piel de gallina cuando lo pienso, pero Quini merece la pena».